Buscador :
Volver al Menú
10 jun 2013
Autor(es): Ismael Muñoz LinaresNº 58 Año(s): 2013Sección: EntrevistaObservaciones: Páginas 74-78
“El paisaje es un valor de primer orden para el desarrollo y el equilibrio humano”
El paisaje en nuestro país es un reflejo del ser humano que lo habita desde hace miles de años, de sus conocimientos, de sus necesidades económicas y sociales, de sus anhelos e incluso de su sentido de la belleza. El paisaje antropizado refleja el perfil de sus habitantes, que le dan forma y nombre. En Manuel María Ruiz de Urrestarazu conviven el forestal que ha trabajado el paisaje, como Jefe de Servicio Forestal de Álava, y el académico de la lengua Vasca, estudioso de una toponimia que refleja la íntima relación entre el paisaje y el ser humano en el País Vasco.
Usted hablará en su conferencia sobre la relación entre lo forestal y la toponimia vasca, ¿cómo catalogaría usted esa relación?
Como entrañable. La foresta en su conjunto ofrece una imagen grandiosa y al mismo tiempo envolvente, próxima al hombre. El dar nombre a los seres vivos es una de las primeras narraciones bíblicas. En cuanto el hombre, ordena su lenguaje, clasifica y nombra a las distintas especies. Los bosques, grupos de árboles o ejemplares dispersos, los espacios forestales abiertos, dejan constancia de su existencia a lo largo del tiempo en los nombres de lugar.
La relación foresta-toponimia se da en todas las lenguas y es muy cercana y próxima en todos los ámbitos campestres y montaraces. En el caso de la lengua vasca en particular, y dada la longevidad de la misma, indeterminada en su inicio pero muy antigua, esa relación ha sido más larga en su concreción idiomática y con ello los hilos del tejido forestal y de la trama lingüística se entrelazan en fuerte abrazo.
Esa misma influenza del medio natural, ¿puede decirse que se da también en los nombres de personas? Como por ejemplo: Haritz (roble); Lorea (flor); Oihana (selva); Arantza (espina); Ibai (río); Harri (piedra); Harkaitz (roca, peña); Itsaso o Itxaso (mar); Ainara (golondrina); Inar (rayo de sol) o Goizalde (amanecer, alba), entre otros muchos. ¿Es esta una demostración de la importancia que ha tenido siempre el medio natural en general y lo forestal en particular en la sociedad vasca?
Así parecería en principio, a tenor de lo expresado acerca de una larga y próxima relación entre el medio natural, en su faceta forestal, y la sociedad vasca.
No obstante, es difícil de ponderar el grado de primacía que en la adopción de un nombre para una persona tiene el valor natural del objeto, ente, fenómeno atmosférico o ser vivo cuyo nombre se escoge para que lo lleve tal persona como apelativo propio.
En la adopción de los nombres citados en la pregunta y de otros que completarían la relación han influido también otras causas, de las que citaré tres, que a mi juicio son principales: a) la moda de un período determinado, b) la eufonía del nombre en muchos casos, más que el significado estricto del mismo y c) por último, muy importante en amplias capas de la sociedad, el alto grado de vasquidad o vasquía que se podría atribuir a un nombre así.
Sigue leyendo el artículo pinchando en el pdf.
Vote:
Resultados:
0 Votos
Palabra clave
Articulos de Foresta
Ilustre Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y Medio NaturalAvd. Menéndez Pelayo 75 Bajo Izq. - 28007 Madrid Tfnos: 915 013 579E-mail: [email protected]
ATENCIÓN AL PÚBLICO CON CITA PREVIAHORARIO: de lunes a viernes de 8 a 16 h.Del 16 de junio al 15 de septiembre: de lunes a viernes de 8 a 15 h.