Pág. 02 - EDITORIAL
Pág. 04 - COLABORACIONES TÉCNICAS
En el actual contexto de cambio climático, la búsqueda de alternativas selvícolas que generen masas irregulares y con mayor diversidad específica, más resilientes ante los impactos esperados, debe ser uno de los objetivos que condicionen la gestión forestal. Las repoblaciones forestales procedentes del Plan General de Repoblación Forestal de España, generalmente pinares monoespecíficos, ocupan cerca de tres millones de hectáreas, cuya adaptación al cambio climático es fundamental. La intolerancia a la sombra de las especies empleadas supone un problema para la búsqueda de estructuras irregulares pie a pie, y la entresaca por bosquetes es una interesante opción para abordar este problema: genera estructuras irregulares a escala de unidad inventarial, favoreciendo también la diversificación específica y la reducción de impactos erosivos y paisajísticos asociados a cortas continuas en mayores superficies. En este trabajo exploramos dos ejemplos prácticos de aplicación de entresaca por bosquetes sobre masas de repoblación de pino resinero.
La aplicación del Plan General de Repoblación Forestal de España ayudó en gran manera a revertir la situación de deforestación de los sistemas montañosos de nuestro país, con la incorporación al patrimonio forestal nacional de más de tres millones y medio de hectáreas arboladas en menos de 50 años. Sin embargo, lo que fue un magnífico trabajo de implantación de masas forestales, con frecuencia ha derivado en una serie de problemas a causa de la escasa o a veces nula gestión postestablecimiento, provocando
que los bosques repoblados que observamos en la actualidad no cumplan óptimamente las funciones que la sociedad demanda de ellos. El marco actual de lucha contra el cambio climático y los Objetivos de Desarrollo Sostenible son una oportunidad para transformar muchas hectáreas repobladas en masas más resilientes y, como fin último, completar lo que fue la idea fundamental de Ceballos: utilizar los pinos como herramienta para la obtención final de masas mixtas o puras de especies más exigentes.
De entre las especies de pino utilizadas durante la tarea repobladora, el pino resinero (Pinus pinaster Aiton) fue la más empleada, llegando a cubrir más de 800 000 ha tras la aplicación del Plan, lo que se sumó a las aproximadamente 600 000 ha de origen natural con las que contaba la especie. Aunque en España tenemos masas repobladas de las dos subespecies existentes de este pino (P. pinaster subsp. pinaster y P. pinaster subsp. escarena (Risso) K.Richt.), esta última es la que está ligada a entornos mediterráneos, donde los impactos del cambio climático serán potencialmente más intensos. Por ello, centrarse en la adaptación de las repoblaciones de esta subespecie a la nueva coyuntura climática es particularmente interesante y necesario.