LA CAZA, UN RECURZO NATURAL

El conejo de monte es el animal silvestre que más daños provoca en los cultivos, afectando de media a unas 45 000 hectáreas al año en España, especialmente en cultivos de cereal y viñedos. Las explosiones poblacionales en algunas zonas agrarias contrastan con su escasez en gran parte de la península ibérica, y la especie ha sido catalogada “en peligro” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Esto complica su gestión a nivel global, y genera tensiones entre agricultores, cazadores, conservacionistas y la administración. Para abordar esta compleja situación, se creó en 2022 el proyecto LIFE Iberconejo, con el fin de establecer buenas prácticas de gestión de la especie. Las experiencias realizadas en los últimos años en regiones como Castilla-La Mancha demuestran que prevenir los daños del conejo a la agricultura es posible, pero siempre desde un enfoque integral y contando con la participación y colaboración de todos los sectores implicados.

En muchas zonas agrarias, los paisajes se han vuelto más homogéneos, creando un hábitat ideal para que las poblaciones de conejo de monte prosperen. Por un lado, hay menos espacio y refugio para los depredadores naturales de la especie, y, por el otro, se reducen los parches de vegetación natural, como los linderos tradicionales, haciendo que los conejos concentren su apetito en las cosechas. 

 Según los datos de Agroseguro, el conejo es la especie de vertebrado silvestre que más daños causa a la agricultura: de media, afecta cada año a unas 45 000 hectáreas, representando el 53 % de la superficie siniestrada por fauna, y es responsable de la mitad de las indemnizaciones. Aunque los cultivos de cereal son los más afectados, el impacto en los viñedos ha ido en aumento, y ya supone el 21 % de las indemnizaciones (Agroseguro, 2022). 

Al mismo tiempo, los cambios en los usos del suelo y las enfermedades han reducido drásticamente las poblaciones de la especie desde mediados del siglo XX, una situación que llevó a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) a catalogar al conejo de monte como “en peligro” (UICN, 2018). 

Esta dualidad complica enormemente su gestión y puede provocar tensiones entre quienes solo ven una cara de la moneda. Muchos agricultores afectados por daños desconfían de cualquier esfuerzo por recuperar la especie, pese a su vital importancia ecológica y socioeconómica (Ríos-Saldaña et al., 2013).