BUSCAR POR PALABRA CLAVE
POR FECHA DESDE
HASTA
ORDENAR POR

Las choperas y la Confederación Hidrográfica del Duero

Pág. 02 - EDITORIAL

Pág. 04 - APUNTES

Pág. 20 - ENTREVISTA

Pág. 26 - OPINIÓN DE ACTUALIDAD. CHOPOS EN EL TERRITORIO DE LA CONFEDERACIÓN HIDROGRÁFICA DEL DUERO

Pág. 42 - COLABORACIONES TÉCNICAS

Pág. 56 - REPORTAJE FOTOGRÁFICO

Pág. 64 - RINCONES NATURALES

Pág. 68 - LITERATURA Y MEDIO NATURAL

Pág. 72 - PINCELADAS DE VIDA

Pág. 77 - NOTICIAS FORESTALES Y DEL COLEGIO

Pág. 79 - AGENDA

Autor(es): Confederación Hidrográfica del Duero
Nº 82 Año(s): 2022
Sección: Opinión de actualidad
Subsección: Chopos en el territorio de la Confederación Hidrográfica del Duero
Observaciones: Páginas 34-36

Es necesario empezar por ofrecer una breve síntesis histórica que permita entender de dónde venimos y, desde esos antecedentes, ver, y eso es lo relevante, hacia donde debemos ir.

La importancia de las choperas en el ámbito de la Demarcación del Duero ha sido históricamente alta, ya que fue precisamente la Confederación el organismo que promovió, a través de consorcios con particulares y administraciones  locales, la populicultura en nuestra cuenca, fomentando y ocupando buena parte del dominio público hidráulico (DPH) con cultivos de chopos. 

Desde una perspectiva histórica ha sido el organismo público que más ha hecho por su fomento hasta el momento en que las competencias en la materia fueron asumidas por las comunidades autónomas, entre ellas la Junta de Castilla y León, dentro del marco competencial reglamentario de las transferencias del Estado a las CC. AA. que se llevó a cabo a mediados de los años ochenta del pasado siglo.

Esas actuaciones se realizaron en un contexto económico que buscaba el desarrollo y la máxima rentabilidad de los terrenos, y ningún otro se veía tan improductivo como aquel sometido a las crecidas ordinarias de los ríos, lo que se conoce como dominio público hidráulico. Un terreno “baldío”, en términos agrarios, con sustratos móviles, sin suelo y que solo era objeto de aprovechamiento de “diente” y leñas, actividades que los mantenían “limpios”, es decir, despejados de su natural vegetación de ribera. La entrada en juego de maquinaria pesada, proyectos de colonización y transformación y concentraciones parcelarias, se cebaron con estos territorios “incultos”. Se ocuparon, nivelaron, roturaron y plantaron, destruyendo estructuras fluviales vitales tales como cauces secundarios o de avenidas e interceptando meandros, mediante rectificaciones. Algunos incluso se cultivaron. Y buena parte de ellos, sin llevar a cabo un deslinde riguroso, se enajenaron. De esta forma se consiguió que numerosos ríos trenzados, meandriformes, anastomosados, con dos o más canales activos en la misma sección, se convirtieran en monocanales estrechados, con una ocupación de buena parte del DPH, a veces más de la mitad del mismo, que pasaba a ser propiedad municipal e incluso particular.


¿NECESITAS UN TÉCNICO?