Pág. 02 - EDITORIAL
Pág. 04 - APUNTES
Pág. 20 - ENTREVISTA
Pág. 26 - OPINIÓN DE ACTUALIDAD. CHOPOS EN EL TERRITORIO DE LA CONFEDERACIÓN HIDROGRÁFICA DEL DUERO
Pág. 42 - COLABORACIONES TÉCNICAS
Pág. 56 - REPORTAJE FOTOGRÁFICO
Pág. 64 - RINCONES NATURALES
Pág. 68 - LITERATURA Y MEDIO NATURAL
Pág. 72 - PINCELADAS DE VIDA
Pág. 77 - NOTICIAS FORESTALES Y DEL COLEGIO
Pág. 79 - AGENDA
Todo comienza en la infancia, esa etapa mágica donde fantasía y realidad caminan de la mano, donde jugar en la calle a piratas te lleva a descubrir el verde intenso en el lomo de una lagartija de Bocage, la juguetona curiosidad de un bando de rabilargos, o el suave y cadencioso movimiento de un trigal mecido por el aire. En su caso fue una mariposa, “en una cerradura, en la casa de pueblo que teníamos cerca de Santander”. Sus padres quedaron tan fascinados por sus colores que decidieron llevársela a casa. “Al principio no nos llamó demasiado la atención, pero al verla tan cerca nos afi cionamos tanto que se convirtió en una pasión ir cada fi n de semana al campo a buscar mariposas, acabamos teniendo una buena colección. Así descubrimos la naturaleza”. Y así comenzó todo, por el azar, que pone alas de mariposa en la imaginación de dos chavales.
Los hermanos Ricardo y Guillermo Gruber estudiaron después uno Bellas Artes y el otro Biología, pero no dejaron nunca de sentirse atraídos por el espectáculo gratuito de la naturaleza. “Mantuvimos las pasiones compartidas, pero no con la intención de dedicarnos profesionalmente a lo que hacemos ahora. Nuestro padre, Eduardo Gruber, es artista y hacer de lo que te gusta tu profesión lo veíamos muy natural”.
Fue en la universidad cuando comienzan a hacer sus primeros trabajos en una serie de publicaciones científi cas que se apoyaban en ilustraciones. En breve, a través de “una tía nuestra inglesa, ilustradora de naturaleza”, surgió a oportunidad de ilustrar unos cuentos infantiles en una colección del Círculo de Lectores en Madrid. “Poco a poco fueron saliendo trabajos y oportunidades sin planteárnoslo como algo defi nitivo”.
Hasta que llegó ese trabajo que les dio mayor popularidad en aquel momento y les hizo plantearse ganarse la vida con aquello que les gustaba. “Nos llamó Guillermo Palomero, de la Fundación Oso Pardo. Movió muy bien el póster que le hicimos y empezaron a llamarnos muchas más empresas que entonces se dedicaban a montar centros de interpretación de la naturaleza”.
DE LA ILUSTRACIÓN A ESCENOGRAFÍAS ROBOTIZADAS
Comenzaron con ilustración, generalmente en acuarela en pequeñoformato para libros y otras publicaciones. “La combinábamos con ilustración publicitaria, que entonces estaba muy de moda”. Hicieron la campaña de La Liga de Fútbol, “semanalmente salían nuestros dibujos en la prensa, fue una gozada”.
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