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El futuro de las poblaciones de loina en Castilla-La Mancha

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Pág. 86 - PINCELADAS DE VIDA

Pág. 90 - LITERATURA Y MEDIO NATURAL

Pág. 94 - NOTICIAS FORESTALES Y DEL COLEGIO

Autor(es): Fernando Alonso Gutiérrez
Nº 76 Año(s): 2020
Sección: Colaboración técnica
Observaciones: Páginas 68-75

La loina del Júcar es uno de los endemismos ibéricos en mayor riesgo de extinción. Si bien la introducción y dispersión de la boga del Tajo por la cuenca del Júcar explica su desaparición de amplias áreas de su distribución original, habiéndose encontrado una marcada segregación entre ambas especies, otros factores como la regulación de caudales, la fragmentación, la introducción de otras especies exóticas invasoras y la destrucción de los hábitats fluviales, especialmente los lóticos, han contribuido a agravar la situación de la especie, que se encuentra en peligro crítico.
Se analiza su distribución actual y se identifican los principales problemas y puntos débiles en cuanto a información a los que se enfrenta su gestión en Castilla-La Mancha. Con todo ello se propone un conjunto concreto de actuaciones necesarias para frenar este declive.

Palabras clave: loina, EEI, planes de recuperación, ictiofauna

INTRODUCCIÓN

La loina, Parachondrostoma arrigonis (Steindächner, 1866), es un ciprínido reófilo de tamaño mediano y cuerpo alargado, endémico de la cuenca del Júcar. De aspecto similar a las más conocidas bogas, con las que comparte una boca ínfera provista de una lámina córnea en el labio inferior (una adaptación al consumo de algas litófilas), se diferencia de aquellas por tener escamas algo mayores y la citada lámina córnea curva, en lugar de recta.

La loina se incluía dentro del antiguo taxón Chondrostoma toxostoma (Vallot, 1836) que englobaba, entre otras, a todas las poblaciones peninsulares del género provistas de labio inferior arqueado. En su revisión del género Chondrostoma, Elvira (1987) definió tres subespecies endémicas de la Península: arrigonis, exclusiva de la cuenca del Júcar; miegii, del Ebro, Cenia y Llobregat, así como de todas las cuencas cantábricas orientales desde de la del Pas, y finalmente turiense, endémica del Turia y Mijares. Posteriormente el mismo autor las elevó a categoría específica para finalmente quedar incluidas en un nuevo género, Parachondrostoma, formado por las tres especies ibéricas, y por P. toxostoma, del sur y centroeste de Francia (Robalo et al., 2007). La especie que nos ocupa se separa de sus congéneres por presentar menor número de branquispinas en el primer arco branquial, aunque existe un pequeño solapamiento en este carácter. El nombre vernáculo elegido se emplea frecuentemente en Cuenca y Albacete, junto con variantes como “luina”, “luinilla” o “luina de aleta colorá”, para designar a cualquier ciprínido pequeño y plateado, lo que puede llevar a confusiones sobre su presencia, especialmente con la bermejuela, Achondrostoma arcasii (Steindächner, 1866).

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