Los árboles y bosques viejos proveen servicios que van más allá de la extracción de madera. La identificación de los árboles viejos no siempre es sencilla, pero hay elementos que nos pueden dar pistas sobre su edad. En contra de las ideas populares, los árboles viejos no suelen ser ni los más grandes, ni los más altos. Por otra parte, una determinación rigurosa de la edad de un árbol debe hacerse con la extracción de muestras dendrocronológicas y su datación en laboratorio. Contra todo pronóstico, podemos encontrar árboles viejos en lugares inesperados. Este es caso de la presencia de bosques viejos en masas ordenadas, especialmente en aquellos tramos de corta que todavía no han dado un ciclo completo. La colaboración entre las Administraciones y entidades científicas es muy útil e importante para la identificación de las masas más longevas y la selección de métodos de gestión adecuados.

El ser humano siempre ha sentido fascinación por los seres vivos colosales, cuya escala de tamaño y edad multiplica varias veces la humana. Los árboles son seres extraordinarios que alcanzan tamaños inasumibles no ya para el ser humano, sino para todo el reino animal. La ballena azul, el animal más grande del planeta, apenas supera los 30 m de longitud en sus ejemplares de mayor tamaño, medida nada sobresaliente para un árbol. Incluso en términos de masa, estos animales pueden alcanzar las 120 t, algo que palidece ante las casi 600 t estimadas para las secuoyas gigantes californianas. Pero sin duda, gran parte de la fascinación que nos aportan los árboles viene dada por su longevidad. Los árboles más viejos cuentan su edad por milenios, mientras que los animales más viejos apenas superan los 500 años, edad que se encuentra dentro del potencial biológico de muchas especies arbóreas. Sin duda, los árboles viejos son más que merecedores de nuestra atención. No obstante, no es fácil identificar los árboles más longevos, ya que un correcto análisis de su edad a menudo conlleva técnicas avanzadas en ocasiones muy costosas. La sobreestimación o infraestimación de la edad de una masa puede conllevar dificultades en la gestión, y de eso precisamente hablaremos en este artículo.