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Editorial: Incendios: la organización de su extinción

Pág. 02 - EDITORIAL

Pág. 04 - APUNTES

Pág. 16 - ENTREVISTA

Pág. 22 - OPINIÓN DE ACTUALIDAD. LA ORGANIZACIÓN EN LA EXTINCIÓN DE INCENDIOS FORESTALES

Pág. 38 - COLABORACIONES TÉCNICAS

Pág. 72 - REPORTAJE FOTOGRÁFICO

Pág. 90 - LITERATURA Y MEDIO NATURAL

Pág. 94 - PINCELADAS DE VIDA

Pág. 98 - LA PÁGINA DE...

Pág. 100 - NOTICIAS FORESTALES Y DEL COLEGIO

Pág. 103 - AGENDA

Autor(es): Sin autor
Nº 71 Año(s): 2018
Sección: Editorial
Observaciones: Páginas 2-3

Coincide este número de la revista con la temporada estival, la época con mayor riesgo de incendios en el sur de Europa. El fuego ha sido y sigue siendo un elemento modelador de la vegetación de la región Mediterránea, pero su comportamiento y consecuencias han variado mucho a lo largo de los siglos.

Por una parte, el paisaje vegetal que cubre esta región, poblada desde tiempos ancestrales, se ha visto muy modificado por el cultivo, el pastoreo, la urbanización y la plantación de especies forestales, tanto espontáneas como alóctonas. Estos cambios han exacerbado riesgos que no existían de forma natural, como los interfaces humanoforestales, y hacen que los efectos del fuego en la vegetación sean más devastadores de lo que era habitual; muchas masas de especies pirófitas pasivas y rebrotadoras han sido sustituidas, a menudo tras su desaparición, por masas menos adaptadas al fuego.

Por otra parte, el cultivo, la urbanización y en general la deforestación ha fragmentado las masas arboladas, y han reducido mucho su extensión. En una situación natural, sin presencia humana, un incendio de unas decenas de miles de hectáreas sería un proceso normal, que ayudaría a modelar el paisaje y la sucesión de la vegetación;
los servicios ecosistémicos y el refugio de la biodiversidad de la zona afectada serían fácilmente asumidos por las zonas colindantes. Pero en la actualidad ese mismo incendio sería dramático, perdiéndose no solo la superficie forestal, sino la biodiversidad contenida en ella, y poniendo en riesgo los bienes e incluso la integridad de las personas. Ese fenómeno natural, el fuego, ya no puede actuar de forma espontánea, porque el paisaje ha dejado de ser natural; es un sistema antrópico-natural.

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