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Selección del hábitat y permeabilidad del territorio para el lince ibérico (Lynx pardinus) en Andalucía

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Pág. 48 - COLABORACIONES TÉCNICAS

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Pág. 94 - PINCELADAS DE VIDA

Pág. 98 - LA PÁGINA DE...

Pág. 102 - NOTICIAS FORESTALES Y DEL COLEGIO

Pág. 103 - REDES FORESTALES

Pág. 104 - AGENDA

Autor(es): Sonia Illanas, Carlos Ciudad, Aitor Gastón, Sandra Blázquez-Cabrera, Miguel Ángel Simón y Santiago Saura
Nº 73 Año(s): 2019
Sección: Colaboración técnica
Observaciones: Páginas 60-67

El lince ibérico muestra diferencias en su preferencia por distintas cubiertas del suelo, tanto dentro de sus áreas territoriales como fuera de ellas, cuando realiza movimientos de dispersión o exploración. La fuerte selección por parte del lince ibérico de determinadas cubiertas dentro de sus áreas territoriales impone restricciones en cuanto a los paisajes adecuados para su asentamiento y sus poblaciones reproductoras. Por el contrario, la capacidad del lince de usar una mayor variedad de cubiertas durante su dispersión indica una mayor permeabilidad del territorio, es decir, una relativa facilidad de movimiento a través del mismo. Sin embargo, existen zonas de baja permeabilidad en el territorio que pueden dificultar la conectividad y expansión del área de distribución del lince ibérico, y a la larga su conservación, como es el caso de la población de Doñana-Aljarafe, hoy en día conectada al resto de poblaciones solamente a través de un paso crítico.

Palabras clave: Monte mediterráneo; collares GPS; paisaje forestal; calidad de hábitat

ESTUDIOS DE SELECCIÓN DE RECURSOS

Los estudios de selección de recursos aportan gran cantidad de información sobre el comportamiento de los animales y su relación con el territorio. Son capaces de identificar cómo influyen diferentes factores ecológicos (como las cubiertas y usos del suelo) sobre los animales; es decir, permiten inferir qué prefieren o qué los beneficia en mayor medida. Gracias a ellos es posible localizar áreas potenciales de asentamiento, entender cómo se mueven los individuos por el territorio, conocer cuáles son las zonas de paso más favorables e identificar recursos críticos y su localización. Este conocimiento del uso del territorio por parte de las especies resulta especialmente importante para aquellas con problemas de conservación, pudiendo dotar este tipo de análisis de herramientas para la gestión del territorio en beneficio de ellas.

Estos estudios, a su vez, permiten distinguir el tipo de cubiertas que prefieren los individuos en función de su modo de comportamiento (Zeller et al., 2014). Así pues, los análisis de selección o calidad del hábitat habitualmente se basan en la relación de las especies con las cubiertas de suelo cuando los individuos realizan un uso territorial del mismo (dentro de sus áreas de campeo), mientras que los análisis de permeabilidad del territorio pretenden conocer la preferencia por determinadas cubiertas cuando los animales realizan movimientos de dispersión o exploración (fuera de sus áreas de campeo).

La calidad del hábitat y la permeabilidad del territorio para una determinada especie dependen del uso existente del territorio, de la tolerancia de la especie por el tipo de cubiertas y de los requerimientos de los individuos. Un área determinada puede ser potencialmente óptima para albergar poblaciones reproductivas y viables de una especie (alta calidad del hábitat) pero presentar zonas adyacentes poco favorables para el movimiento de la especie (baja permeabilidad del territorio) o viceversa. Situaciones como la descrita suponen una dificultad añadida en la búsqueda de nuevos territorios de asentamiento por parte de individuos en dispersión y para el intercambio de individuos y genes entre poblaciones. La situación óptima para una especie es una elevada calidad del hábitat en sus zonas de asentamiento (existentes o potenciales) y una elevada permeabilidad del territorio entre ellas.

Este tipo de análisis requiere información sobre la presencia de la especie en el territorio (conocimiento experto, avistamientos en campo, muestreos de huellas, excrementos u otros indicadores de presencia, dispositivos de seguimiento como GPS o radioseguimiento) y de información de las variables ambientales del territorio (mapas de usos y cubiertas vegetales, infraestructura viaria, red hídrica, relieve, etc.). Ambos tipos de información se relacionan mediante funciones de selección de recursos, que son modelos de regresión en los que se estima la probabilidad de presencia de una especie para cada combinación de valores de las variables ambientales consideradas (Manly et al., 2002). Es fundamental para la obtención de resultados fiables que la información de partida, tanto biológica como ambiental, sea lo más detallada y fiable posible. Cuando la información biológica es más detallada y la resolución de los datos ambientales es mayor se obtienen resultados más precisos.

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